

En el cambiante panorama de la fabricación y el diseño de productos, ingenieros y diseñadores exploran constantemente técnicas innovadoras para mejorar la funcionalidad, la durabilidad y la estética de sus productos. El sobremoldeo es una de estas técnicas que ha cobrado relevancia por su capacidad para combinar diferentes materiales en un único producto integrado. Este proceso no solo mejora el rendimiento del producto, sino que también abre nuevas posibilidades de diseño y personalización.

¿Qué es el sobremoldeo?
El sobremoldeo, también conocido como moldeo en dos disparos o moldeo multimaterial, es un proceso de fabricación en el que se moldean dos o más materiales para crear un producto único e integrado. Esta técnica consiste en inyectar un material sobre otro para lograr un producto con propiedades mejoradas, como mayor agarre, mayor durabilidad y un mayor atractivo estético.
El proceso suele constar de dos pasos. Primero, se moldea un material base, a menudo un plástico rígido, para darle una forma o estructura específica. En el segundo paso, se inyecta un segundo material, generalmente más blando y flexible, sobre el primero para crear el producto final. Ambos materiales se unen químicamente durante el proceso de moldeo, creando una integración perfecta.

Materiales utilizados en el sobremoldeo
El sobremoldeo permite combinar una amplia gama de materiales, cada uno con sus propiedades únicas. Las combinaciones más comunes incluyen:
Termoplástico sobre termoplástico: Esto implica el uso de dos materiales termoplásticos diferentes. Por ejemplo, un sustrato de plástico duro puede sobremoldearse con un material más blando, similar al caucho, para mejorar el agarre y la ergonomía.
Termoplástico sobre metal: El sobremoldeo también se puede aplicar a componentes metálicos. Esto se observa a menudo en herramientas y equipos, donde se añade un sobremoldeo de plástico a los mangos metálicos para mejorar la comodidad y el aislamiento.
Termoplástico sobre elastómero: Los elastómeros, materiales similares al caucho, se utilizan frecuentemente en el sobremoldeo. Esta combinación proporciona productos con una sensación suave al tacto y excelentes propiedades de absorción de impactos.


Ventajas del sobremoldeo:
Funcionalidad mejorada: El sobremoldeo permite combinar materiales con propiedades complementarias. Esto da como resultado productos no solo más duraderos, sino también más cómodos de usar.
Estética mejorada: la capacidad de utilizar diferentes colores y texturas en el proceso de sobremoldeo permite a los diseñadores crear productos con un atractivo visual mejorado.
Rentabilidad: Si bien los costos iniciales de configuración del sobremoldeo pueden ser mayores, el proceso suele resultar en un producto final más rentable. Esto se debe a que elimina la necesidad de procesos de ensamblaje secundarios.
Reducción de residuos: el sobremoldeo puede reducir el desperdicio de material, ya que permite la aplicación precisa de materiales solo donde es necesario.



Aplicaciones del sobremoldeo:
Electrónica de consumo: El sobremoldeo se utiliza comúnmente en la producción de dispositivos electrónicos, proporcionando un agarre cómodo, durabilidad y un diseño elegante.
Industria automotriz: El sobremoldeo se emplea en componentes automotrices, como volantes, manijas y empuñaduras, para mejorar tanto la funcionalidad como la estética.
Dispositivos médicos: En el campo médico, el sobremoldeo se utiliza para crear productos ergonómicos y biocompatibles, garantizando comodidad y seguridad para los pacientes y los profesionales sanitarios.
Herramientas y equipos: El sobremoldeo se aplica a los mangos de herramientas y a las empuñaduras de los equipos para mejorar la comodidad y el control del usuario.
Desbloqueo de la innovación: Si-TPV redefine el sobremoldeo suave al tacto en diversas industrias.


Un aspecto clave que define el futuro del sobremoldeo suave al tacto es el desarrollo de materiales con mayor compatibilidad. Mediante tecnologías especializadas, SILIKE presenta una solución innovadora que trasciende los límites convencionales: el elastómero termoplástico Si-TPV. La composición distintiva de este material combina las características robustas de los elastómeros termoplásticos con las cualidades de la silicona, como suavidad, tacto sedoso y resistencia a la luz ultravioleta y a los productos químicos. El Si-TPV es un ejemplo de sostenibilidad al ser reciclable y reutilizable en los procesos de fabricación tradicionales. Esto no solo mejora el respeto por el medio ambiente del material, sino que también contribuye a prácticas de producción más sostenibles.
Una de las características destacadas del Si-TPV es que proporciona una sensación mejorada similar a la del caucho de silicona a las piezas sobremoldeadas terminadas, además de una excelente capacidad de adhesión. Se adhiere perfectamente a una variedad de sustratos, incluyendo TPE y materiales polares similares como PP, PA, PE y PS. Esta versatilidad abre un mundo de posibilidades para los diseñadores y fabricantes de productos.
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